Dominicales 13 febrero, 2011
Autor: Luis Alonso Gómez OyuelaEmail luisgoyuela15@yahoo.com
forjadordesueños.blogspot.com
DANLÍ, El Paraíso.- La ciudad del romanticismo, de las cuarenta colinas, de las calles tranquilas, las noches de rondas infantiles y del grito de los vendedores de leña del El Arenal de los años 40, 50 y 60 ya no existe, se la tragó el modernismo, la contaminación, el comercio desorganizado y la falta de un plan regulador urbano.
De aquel Danlí tranquilo y apacible no queda nada. Los jueves culturales que organizaba el recordado alcalde Antonio Salgado desde los altos de la Casa Consistorial para alegrar a los parroquianos, son parte del recuerdo que la historia ha ido recogiendo a pedacitos para no perder del todo las costumbres de antaño.
De aquellos años sólo va quedando la tradicional banca que una vez llamamos el “Parlamento del pueblo”. La siguen frecuentando casi los mismos de los años cuarenta que heredaron la costumbre, pero que cuando estos “parlamentarios” se marchen ya no habrá contadores de aventuras amorosas y componedores del acontecer local y nacional, sólo irán quedando las carretas de los vendedores de “perros calientes” en los alrededores del parque donde se hilvanaron tantas historias.
Danlí hoy es un laberinto y una jungla de cemento. Atrás quedó aquella bonita costumbre del barrido de calles cada mañana que acostumbraban las señoras de todos los niveles sociales. Las casas encaladas de aquella ciudad blanca quedaron impresas en las fotografías antiguas, los rótulos luminosos sustituyeron a los pequeños anuncios de analgésicos y cigarrillos que los comerciantes colocaban en sus pequeños negocios.
Los niños que correteaban las amplias aceras del parque sin temores hoy pasan las horas frente al televisor y el internet. El bullicio de voces infantiles fue sustituido por la bocina y los escapes de vehículos conducidos a extrema velocidad y por las unidades de sonido anunciando a todo volumen la fiesta del día o el cumpleaños de alguna institución educativa y gremial.
Los cines fueron desapareciendo paulatinamente para dar paso al cine en casa utilizando los viejos casetes del VHS con películas pirateadas pero que distraen a los viejos, jóvenes y niños. Nadie detendrá la modernidad, esta se impone y nadie puede evitarlo porque los tiempos cambian y las personas también.
LA MODERNIDAD TIENE PRECIO
La modernización trae consigo una cuota de desarrollo económico aunque haya que pagar un precio elevado, entre otros los enormes problemas sociales generados por el crecimiento de la población, el desempleo y la falta de oportunidades para la juventud que se ve obligada a emigrar en busca de nuevos horizontes.En la década de los 60 comenzó la migración de familias completas procedentes de la zona sur y cada uno con identidad cultural diferente, porque cada pueblo tiene lo suyo y donde quiera que vaya no deja atrás sus costumbres y tradiciones, lo que al final enriquece a los pueblos y ciudades en el orden cultural.
Nacionales y extranjeros contribuyeron al fortalecimiento de la economía al expandir mercados y generar empleo tanto en el campo como en la ciudad, tal es el caso de la industria del tabaco, principal bastión económico de miles de familias dedicados a la maquila.
Aquella población urbana y rural creció y con ella la demanda de servicios, educación entre otras. Sólo en el área urbana se contabilizan unos 70 mil habitantes y en todo el municipio la población asciende a 190 mil de acuerdo a últimas cifras que maneja el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
¿Hemos cambiado desde aquel entonces? La población ha crecido y con ella los problemas sociales como suele ocurrir en todas partes del mundo. No podemos entonces refugiarnos en aquello de que la vida antes era mejor sino en la forma de ser mejorar y caminar en consonancia con el tiempo, la ciencia y la tecnología.
A partir de la década de los 70 los cambios se fueron dando en forma acelerada y Danlí comenzó a perder mucho de su herencia cultural y su identidad. Aquella sociedad conservadora de principios de siglo sólo es un vago recuerdo que guardan como el mejor de los tesoros.
PARQUE VEHICULAR
Las calles están colmadas de vehículos que durante las horas pico se torna insoportable. Los comerciantes estacionarios y ambulantes tomaron posesión de la ciudad por lo que algunos propietarios de viviendas ubicadas en el centro comenzaron a derrumbar paredes para construir cubículos comerciales y alquilar al mejor postor.Al centro histórico no le queda mucho de las viejas edificaciones de adobe y techos de teja de finales del siglo XIX y alguien tiene que dar el primer paso para conservar el patrimonio histórico y cultural.
El 2007 la Fundación Revida, en conjunto con la municipalidad, lanzan el proyecto de rescate del viejo Danlí. No con la pretensión de volver al pasado, sino para conservar los vestigios maravillosos de una época, y así Danlí jamás pierda su identidad cultural y patrimonial.
Gracias a la comprensión y buena voluntad de los vecinos del centro histórico se observan avances significativos, lo que demuestra que el danlidense es amante de su pasado histórico porque es parte de su orgullo; y así como Comayagua, Gracias, Santa Rosa de Copán, Yuscarán, Ojojona, Valle de Ángeles y Copán Ruinas lo han logrado con esfuerzo y apoyo del Instituto de Antropología e Historia y la cooperación internacional, Danlí no debe quedarse sumida en el letargo del ayer.
Ya se dieron los primeros pasos, la gente comenzó a mejorar aceras, pintar edificios, eliminar rótulos y realizar modificaciones de fachadas y techos, un buen indicativo de conservar el patrimonio histórico.
La municipalidad dio pasos en firme para que este proyecto continúe, emitiendo las ordenanzas correspondientes y haciendo arreglos en el parque Centenario en aceras y jardines para que la casa esté limpia durante el festival “Humo Jaguar”, organizado por la Asociación de Productores de Tabaco y el gobierno municipal como anfitrión.
Nuestra realidad es otra, jamás será la misma de hace 50 años. Vendrán cambios sustanciales en la economía, pero también habrá que estar preparados para hacer frente a los problemas sociales con el inicio de los trabajos de Patuca III, porque este será el principal corredor para el acarreo de materiales y personas.
La pregunta es si estamos preparados para lo que viene, porque el ayer ya no es problema. El problema es la falta de visión hacia el futuro inmediato. Acumulemos recuerdos pero afrontemos la realidad de los años venideros en el que nuestros hijos y nietos serán los principales protagonistas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario