Dominicales 23 enero, 2011
**Intelectuales del siglo XIX las primeras voces en pro de los derechos de la mujer.
**Mujer, misterio y poesía
**La mujer es un libro abierto para leer todos los días.
**Mujer, misterio y poesía
**La mujer es un libro abierto para leer todos los días.
Autor: Luis Alonso Gómez Oyuela
DANLI, El Paraíso.- El 25 de enero de 1955 mediante Decreto 30 de la Cámara legislativa y ratificado por el Ejecutivo mediante el Decreto Ley N0. 29 la mujer hondureña adquiere el derecho al voto.
En Centroamérica en 1939 Maximiliano Hernández en El Salvador otorgó el derecho al sufragio con algunas limitaciones, pero en Honduras las indiferentes siempre fueron las mujeres que de acuerdo a referencias históricas las únicas voces de que se escucharon a favor de los derechos de la mujer fueron los intelectuales Adolfo Zúñiga y Policarpo Bonilla, este último fundador del Partido Liberal en 1891.
El tema fue presentado como anteproyecto en 1894, 1924 y 1934 y fue hasta los años 1948-1955 que surgieron varias propuestas hasta que en 1955 la mujer ejerce el derecho al sufragio.
Nunca como ahora la mujer logrado escalar posiciones relevantes, atrás quedó el papel de obediencia absoluta, ama de casa y madre, bajo cuya responsabilidad estuvo la educación de los hijos, la sujeción al marido por “mandato divino”, tal como erróneamente lo enseñan los cleros y pastores.
No es que esas obligaciones no formen parte del diario vivir, de hecho no quedan exentas porque la mujer siempre va estar frente al hogar dirigiendo la familia, administrando con sabiduría y diligencia los recursos disponibles pero ya no estará relegada porque con el paso de los años encontró su norte y hoy es parte fundamental en la vida política de la nación, figura prominente en la Empresa privada como excelente administradora.
LOGROS Y CONQUISTAS
La mujer hoy día la encontramos en el taller, la fábrica y el campo haciendo labores que antes no hizo. Compitiendo con el hombre y demostrándose a sí misma de lo que es capaz para salir adelante sin doblegar su espíritu y su fuerza de carácter luchando con denuedo por conquistar los espacios que le han sido vedados.
Sí de algo debe sentirse orgullosa la mujer es por sus logros y conquistas. Nada le han regalado. Su fuerza emprendedora cambia el mundo. Su vocación de madre la sublimiza al extremo del sacrificio y dar la vida por los suyos si fuere necesario.
La mujer es la mejor consejera, sabia en la toma de decisiones, prudente cuando hay que decir verdades, fuerte en el dolor porque se acostumbró a los vaivenes de la vida, las injusticias, abandono y abuso del cual ha sido víctima en una sociedad machista.
Dice el poeta Armando José Ramos (gualcinse) “Por vos escribo estos versos, recordándote olvido que la vida sube precio, estoy en contra de todo menos en contra tuya”. Y en otro de sus cortos versos dice:” Yo por vos no me moriría, viviría un poco más, tampoco me volvería loco porque un loco no podrá amarte con esta locura que te amo”.
Nuestra principal fuente de inspiración es la mujer, a ella los poetas le han escrito los mejores poemas del mundo, las más lindas canciones, los mejores ensayos porque la mujer siempre será como un libro abierto para leerlo y como dice Ángela Figuera Aymerich: “me tienes y soy tuya, tan cerca uno del otro como la carne de los huesos. Tan cerca uno del otro y, a menudo ¡tan lejos!..Tú me dices a veces me encuentras cerrada, como de piedra dura, como envuelta en secretos, impasible, remota…Y tú quisieras tuya la llave del misterio… Si no la tiene nadie…no hay llave. Ni yo misma, ¡ni yo misma la tengo!
En ese libro abierto encontramos misterio, amor, pasión, abnegación, sacrificio, bondad, romance, ternura y que más podemos pedirle a la mujer cuando en ella lo encontramos todo.
CELEBRAN TRABAJANDO
Este día de la mujer habrá muchos homenajes para damas distinguidas de la sociedad. Las revistas y los diarios llenarán las páginas sociales para exaltar figuras, algunas con merecimiento por su entrega, filantropía y por su labor social y otras por figuración. Pero no olvidemos a la mujer proletaria, a las que pasaran el día echando tortillas, barriendo las calles de las grandes ciudades, cargando bultos en el mercado, cortando café en las fincas, inclinadas frente a una máquina de coser confeccionando trajes, la que fabrica puros para exportación, la que dobla las espaldas para cortar melón y sandía, las que vienen del valle todos los días a la ciudad para vender tamales y elotes y aquellas hijas del infortunio que van sin rumbo con un hijo en brazos en busca del pan de cada día. Todas son mujeres, seres humanos que merecen ser respetadas. Ninguna de ellas recibirá un homenaje, su mayor recompensa será cumplir con sus obligaciones y quizá durante las noches les quede un tiempo para soñar. Porque mañana será otro día cargado de esperanzas porque la vida sigue por este valle donde los pobres no recogen flores sólo espinas y abrojos. Y como dice el poeta:
¿Quieres por fin saber cuál es el tipo de acabado, el modelo y el dechado de la perfecta mujer?
La que sabe conservar su honor puro y recogido, la que es honra del marido y alegría del hogar.
La noble mujer cristiana de alma y generosa a quien da su fe piadosa fortaleza soberana.
La de sus hijos fiel prenda y amorosa educadora; la sabia administradora de su casa y de su hacienda.
La que adelante marchando lleva la cruz más pesada, y camina resignada dando ejemplo, y valor dando.
La que sabe padecer la que a todos sabe amar y sabe a todos llevar por la senda del deber.
La que el hogar santifica la que mártir debe ser y fe a todos debe dar y les enseña a crecer.
La que de esa fe a la luz y al impulso de su ejemplo erige en su casa un templo al trabajo y la virtud.(anónimo)
Este es nuestro homenaje a la mujer hondureña en su día. Un reconocimiento a la dignidad de su trabajo, al orgullo de su trabajo, como lo expresa Alfonzo Guillén Zelaya en Lo esencial.
La que sabe conservar su honor puro y recogido, la que es honra del marido y alegría del hogar.
La noble mujer cristiana de alma y generosa a quien da su fe piadosa fortaleza soberana.
La de sus hijos fiel prenda y amorosa educadora; la sabia administradora de su casa y de su hacienda.
La que adelante marchando lleva la cruz más pesada, y camina resignada dando ejemplo, y valor dando.
La que sabe padecer la que a todos sabe amar y sabe a todos llevar por la senda del deber.
La que el hogar santifica la que mártir debe ser y fe a todos debe dar y les enseña a crecer.
La que de esa fe a la luz y al impulso de su ejemplo erige en su casa un templo al trabajo y la virtud.(anónimo)
Este es nuestro homenaje a la mujer hondureña en su día. Un reconocimiento a la dignidad de su trabajo, al orgullo de su trabajo, como lo expresa Alfonzo Guillén Zelaya en Lo esencial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario